Tuesday, April 11, 2017

PCI (maoist) on Syria 2013 - spanish text

 
 
"El Comité Central del PCI (Maoísta) condena en términos inequívocos cualquier intento de los imperialistas encabezados por los EEUU de atacar Siria y exige que se detengan inmediatamente todos los preparativos. Hace extensivo su apoyo y solidaridad a todas las formas de resistencia que pueda emplear el pueblo sirio contra la intervención imperialista y la proyectada guerra de agresión. El Comité Central del PCI (Maoísta) considera su resistencia como una más de las diversas formas de resistencia que las naciones y pueblos oprimidos del mundo están organizando contra cualquier tipo de intervención, agresión y control imperialistas"
 
 


PARTIDO COMUNISTA DE LA INDIA (MAOÍSTA)
COMITÉ CENTRAL


¡FUERA DE SIRIA TUS SUCIAS MANOS, BELICISTA OBAMA!

¡EL DERECHO A DECIDIR EL FUTURO DE SIRIA CORRESPONDE AL PUEBLO SIRIO Y NADA MÁS QUE A ÉL, NI A LOS IMPERIALISTAS NI A NADIE MÁS!

¡OPONERSE CON TODA FIRMEZA A LA
AGRESIÓN IMPERIALISTA CONTRA SIRIA ENCABEZADA POR LOS NEONAZIS ESTADOUNIDENSES! 
5 de septiembre de 2013
Los imperialistas, encabezados por los neonazis estadounidenses, han estrechado el cerco sobre Siria y están a la espera de dar el golpe. Del mismo modo que las armas de destrucción masiva fueron la “razón” alegada para atacar Iraq, los neofascistas estadounidenses invocan ahora el uso de armas químicas (gas venenoso) como la “razón” para golpear a Siria. Estados Unidos afirma que existen pruebas de que el gobierno de Bashar Al-Asad empleó armas químicas contra el pueblo sirio, provocando la muerte de más de 1.400 personas y terribles consecuencias a otras. Un equipo de inspectores de la ONU fue a Siria para investigar las denuncias, pero incluso antes de que se haya presentado su informe (cuya publicación se supone que aún se demorará al menos tres semanas más), Obama ya ultima los preparativos bélicos.
Obama llegó al punto de decir que no es su prestigio lo que está en juego ¡sino el de los Estados Unidos y su Congreso si no atacan Siria! ¡Naturalmente! El prestigio del asesino en masa nº 1 del mundo quedará en entredicho si en su hoja de servicios no sigue figurando matar el máximo número posible de civiles en ataques aéreos. Incluso antes de que el equipo de investigadores de la ONU estuviese de vuelta, el Secretario de Estado estadounidense, John Kerry, se dedicó a vociferar que tenían todas las pruebas de que se utilizaron armas químicas y de que fue el gobierno de Al-Asad el que las había usado. ¡Es decir, que a los ojos de los imperialistas de Estados Unidos todos esos países y personas que pidieron pruebas claras no son más que unos memos a quienes el amo imperial no tiene por qué responder! Nótese que los preparativos siempre incluyen las suficientes “mentiras” como para engañar al mundo sobre la “necesidad” de semejante ataque.
El Comité de Asuntos Exteriores del Senado de Estados Unidos había dado autorización al Presidente para un ataque limitado contra Siria por un periodo de dos meses ampliable a otro en función de ciertas condiciones. Dicho Comité excluyó el envío de tropas de tierra. Lo que es obvio es que este ataque “limitado” en modo alguno será “limitado” y no concluirá antes de que, estratégicamente, haya quedado rota la columna vertebral del régimen de Bashar Al-Asad, una vez devastado todo el país, con innumerables civiles muertos e inimaginables daños sobre los bienes y los medios de sustento de las gentes. Los imperialistas de Estados Unidos quieren desarticular el gobierno de Al-Asad destruyendo sus infraestructuras militares y económicas estratégicas clave e instalar en el poder a fuerzas que sirvan a sus intereses en Siria como ya hicieron en Libia. Damasco es una de las ciudades habitadas desde más antiguo en el mundo y ahora Obama está empeñado en destruirla con bombardeos aéreos, como ya hizo Bush con los daños irreparables que provocó al patrimonio de una de las civilizaciones más antiguas del mundo en Iraq.
Rusia se opone firmemente a todas estas medidas y está tratando de que Estados Unidos presente pruebas claras de lo que sostiene. Putin afirmó prudentemente que si se demuestra sin duda que el gobierno de Al-Asad en efecto hubiese utilizado armas químicas, entonces cualquier ataque sobre Siria debería tener la autorización de la ONU. Pero si Obama ataca sin autorización de la ONU, dicho ataque sería ilegal, tal como lo calificó Putin. Advirtió de que cualquier pequeño misil que hiciera blanco en la central nuclear de Damasco podría provocar una situación de emergencia nuclear y la radiación podría afectar a una amplia zona y a una gran cantidad de población civil durante generaciones. También advirtió que un ataque agravaría la crisis financiera mundial en que están sumidos. China ha afirmado que cualquier decisión debe tomarse una vez sean presentados los resultados de la investigación de la ONU y sólo bajo la égida de la ONU. Alemania, por ahora, también ha adoptado esta postura. Con los buques de guerra de última generación de los Estados Unidos, que pueden disparar misiles de larga distancia desde el mar, aproximándose a Siria y un buque espía de Rusia que acaba de entrar en el Mediterráneo, la situación es extremadamente tensa en todo Oriente Medio y el mundo.
David Cameron trató de conseguir el voto favorable del Parlamento británico para participar en el ataque contra Siria junto a los Estados Unidos. No lo obtuvo, pero nadie sabe que su ambición de atacar Siria haya decrecido. La autorización de la ONU o cualquier otro pretexto pueden cambiar este estado de cosas en cualquier momento. Francia, gobernada por el neofascista Francois Holland, declaró que, a pesar del rechazo del Parlamento británico a los proyectos de guerra, está dispuesta a participar en el ataque para castigar al régimen de Bashar Al-Asad. Es más, la razón de la oposición británica rechazando la propuesta era que no había pruebas suficientes de que el gobierno de Al-Asad hubiese utilizado el gas, es decir, pruebas para legitimar la agresión y para unirse a sus aliados. Sucede la misma historia con los demócratas y los republicanos en Estados Unidos. Los partidos gobernante y de la oposición (capitalistas monopolistas y sus títeres) en los países imperialistas nunca tienen divergencias importantes cuando se trata del “derecho a atacar” un país. Jamás se discute el hecho de que sólo al pueblo de un país le corresponde el derecho a decidir su futuro y no a otros países o fuerzas. Y como siempre estos jefes de Estado imperialistas hacen oídos sordos ante la enorme corriente de la opinión pública opuesta a las guerras de agresión en sus países y el mundo, y prosiguen sus planes agresivamente.
Las Naciones Unidas, como es su costumbre, están tratando de proporcionar por todos los medios las hojas de parra de las excusas para destruir Siria. Su lista de complicidad desde sus inicios en todas las guerras imperialistas de agresión es larga. Su velo de imparcialidad hace tiempo que está rasgado y andrajoso, mostrando su servilismo a los imperialistas, en especial a los Estados Unidos. Esta institución supuestamente garantiza la aplicación de cinco principios en las relaciones entre los Estados con diferentes sistemas sociales: el respeto mutuo a la integridad territorial y soberanía; la no agresión mutua; la no injerencia en los asuntos internos; la igualdad y el beneficio mutuo; y la coexistencia pacífica. Se supone que salvaguarda los derechos humanos, impide las guerras de agresión y resuelve las disputas entre naciones por medios diplomáticos y otros medios. De acuerdo incluso con las reglas y normas que, después de la II Guerra Mundial, establecieron los países del mundo, incluidos los países imperialistas, para evitar guerras mundiales, resolver disputas regionales o guerras locales y que se supone que deben ser aplicadas por las Naciones Unidas, deberían emplearse toda clase de negociaciones/medidas diplomáticas y políticas para solucionar crímenes tan atroces como el uso de armas químicas. Pero este organismo internacional, que se creó en especial para garantizar la paz mundial, no hace prácticamente nada para detener la agresión, salvo inútiles declaraciones abogando por el uso de medios políticos y diplomáticos para resolver “la crisis siria” y suplicándole a Obama que recabe la autorización de la ONU para el ataque. ¡La desvergüenza con que Obama trata de imponer sus planes de agresión le está poniendo difícil hasta a Su Señoría las ONU justificarlos de esta forma tan descarada!
Irónicamente Estados Unidos está celebrando el 50º aniversario del discurso del “tengo un sueño” de Martin Luther King mientras su Presidente Premio Nóbel de la “Paz”, el sanguinario asesino y destructor de seres humanos y pueblos, no para de ladrar rabioso que hay que atacar Siria. Aunque no haya logrado nada más, Obama, al menos, ha demostrado sin género de duda que tener un afroamericano en la Casa Blanca en sí mismo no sirve para que se cumplan los “sueños” de los pueblos oprimidos, incluidos los de los negros. El ataque planeado contra Siria debería servir para abrir los ojos en ese sentido. Obama persigue los planes imperialistas de  hegemonía mundial de las clases gobernantes de Estados Unidos con igual si no más fervor e intensidad que otros presidentes “blancos” que le precedieron y destruyeron naciones sometidas, masacraron a millones de oprimidos de todo el planeta y arrasaron innumerables ciudades y pueblos durante sus mandatos. Para las clases dominantes estadounidenses definitivamente Obama es más “útil” que un “blanco” para engañar al pueblo aunque sólo por un tiempo.
Estados Unidos no ha dejado de amañar toda una serie de acusaciones desde 1986 y, en especial, tras el ataque del 11 de septiembre a sus Torres Gemelas, en el sentido de que Siria supone también una amenaza para la seguridad global por su apoyo a grupos “terroristas”. De un modo u otro, Siria se ha convertido en blanco permanente del imperialismo. Siria se ha convertido en el terreno de juego de las potencias imperialistas durante los últimos dos años y medio. Se ha producido un movimiento que exige violentamente la destitución de Al-Asad. Han tenido lugar innumerables enfrentamientos armados entre las fuerzas “rebeldes” y las fuerzas gubernamentales, con el resultado de cientos de miles de vidas pérdidas, la destrucción a gran escala de bienes y la migración de millones de personas. Los imperialistas encabezados por Estados Unidos y sus regímenes títeres del mundo árabe han manipulado diplomática y políticamente a la oposición, la han ayudado técnica, económica y militarmente, y, de modo masivo y por distintas vías, la han armado, entrenado y dirigido. Han dejado meridianamente claro que quieren echar a Al-Asad y que sus títeres se hagan con el control de Siria. Rusia y China han apoyado al gobierno de Al-Asad constantemente hasta la fecha y se han opuesto a cualquier tipo de intervención armada imperialista o de ataque contra Siria. Los grandes medios empresariales de comunicación han tenido que aceptar a regañadientes que Al-Asad también cuenta con un apoyo considerable entre los sirios. Ésta es una de las razones de que no hayan atacado a Siria, además del apoyo crucial de Rusia, China, Líbano e Irán a Al-Asad, aunque lo desean tanto como en Libia. De hecho, se ha informado recientemente de que las fuerzas de Al-Asad se han impuesto a los rebeldes en sus bastiones, lo cual constituye uno de los motivos de las prisas [imperialistas] por atacar a Siria.
Nuestro partido, el PCI (Maoísta) siempre ha sostenido que sólo al pueblo de un país le corresponde el derecho de mantener o derrocar al régimen de su país. Es el pueblo sirio quien debe decidir si quiere que Al-Asad esté o no en el poder. Tiene todo el derecho a rebelarse y a forjar su propio futuro. Pero debido a la intervención injustificada de los imperialistas en los asuntos internos de Siria el futuro del país se enfrenta ya a un gran peligro y quizá, en lo venidero y por mucho tiempo, no vaya a estar en las manos de los sirios.
Los acontecimientos recientes en los países árabes, como los acaecidos en Egipto tras la primavera árabe, indican a la perfección hasta qué punto los imperialistas, en especial los Estados Unidos, tratan de instalar regímenes títeres. Morsi, a pesar de ser una fuerza de compromiso, fue derrocado sin contemplaciones por oponerse a algunas intervenciones de los Estados Unidos en sus relaciones exteriores y encarcelado por los militares. A diario se produce matanzas de personas que protestan contra el régimen militar. El poderoso levantamiento de masas y el proceso democrático formal que llevaron a Morsi al poder, por muchos que fueran sus defectos, fueron aplastados bajo las botas de hierro de los militares respaldados por Estados Unidos y las fuerzas del ex presidente [Mubarak]. En casi todos los países que derrocaron a sus antiguos gobernantes dictatoriales durante la primavera árabe, se han hecho con el control gobiernos títeres proimperialistas o fuerzas de compromiso, no obstante las aspiraciones democráticas del pueblo. Todo ello debe servir de ejemplo revelador a las fuerzas que tratan de desafiar y cambiar los regímenes dictatoriales de sus respectivos países. Nunca deben jugar en las manos de los imperialistas. Ello daría lugar al reemplazo de un dictador por otro incluso aún peor: el reemplazo necesariamente será servil a los imperialistas. Cualquier fuerza que persiga la auténtica democracia y se oponga a los regímenes autocráticos debe hacerlo independientemente y basándose en sus propias fuerzas mediante la movilización de las masas y el apoyo de los pueblos del mundo. No debe colaborar con los imperialistas. En caso contrario, el pueblo se verá obligado de nuevo a luchar contra las fuerzas serviles al imperialismo aupadas al poder, como ya está sucediendo en Egipto o en otros lugares del mundo.
Desde la II Guerra Mundial hasta la victoria de la guerra de liberación nacional de Vietnam, el principal pretexto de las guerras de agresión de los Estados Unidos fue contener la “propagación del comunismo”. Con la desintegración de la Unión Soviética la excusa que con más frecuencia emplean es la “violación de los derechos humanos” o el “terrorismo” o ambas. A veces la disfrazan de “restauración de la democracia” o “concesión de la libertad”. Pero siempre la verdadera razón era y sigue siendo la búsqueda de la hegemonía mundial. Fueron éstos también los motivos alegados para las diversas guerras de agresión llevadas a cabo por Francia, Gran Bretaña o la antigua superpotencia soviética.
El uso de armas químicas esgrimido como motivo para el ataque ha sido rechazado de plano por el gobierno de Al-Asad, quien afirmó que fueron los rebeldes los que las habían empleado. Nadie apoyaría el uso de armas químicas ya fuera por parte del gobierno, ya de los rebeldes. Si quienes sostienen que los rebeldes usaron las armas químicas están en lo cierto, entonces, sin duda alguna, los imperialistas serían quienes les habrían suministrado el gas sarín. Al haber pasado ya más de dos años y no haber sido derrotado Al-Asad, la explicación más plausible sobre el uso del gas sarín es que los imperialistas de Estados Unidos se lo hubiesen facilitado a sus agentes en Siria para que su empleo pudiera utilizarse como excusa inmediata para atacar a dicho país. Si se recuerda que Obama ya había advertido a Siria de que no cruzase la “línea roja” del uso de armas químicas, es fácil deducir que usarían precisamente esa “línea roja” como excusa.
¡Pero lo sorprendente es la manera en que los imperialistas de Estados Unidos ponen el grito en el cielo! Como todo el mundo sabe los imperialistas de Estados Unidos tienen el dudoso récord en el uso de armas químicas extremadamente destructivas (napalm, agente naranja, fósforo blanco, por citar algunas) en Vietnam, Iraq y en otros lugares. La terrible guerra química de 1915 a 1918 llevó a la Sociedad de Naciones a adoptar el Protocolo de Ginebra de 1925 que prohibió el uso de armas químicas y biológicas. Aunque Estados Unidos propuso y contribuyó a la redacción del Tratado, el Senado rechazó en 1926 su ratificación. En 1970 el Tratado fue remitido de nuevo al Senado, que lo aprobó sólo cuatro años más tarde. ¡Tal es la doble moral típica de los Estados Unidos en todo lo relativo al control de armas hasta la fecha! Hasta el presente los Estados Unidos y otras grandes potencias imperialistas no están dispuestos a prohibir todo tipo de armas de destrucción masiva, tales como las bombas de racimo, las armas químicas, biológicas, nucleares, etc. Entonces, ¿por qué hablan de Siria? Esto sólo puede responder a los intereses creados para utilizar armas de destrucción masiva en Siria o en cualquier otra parte del mundo.
Los halcones imperialistas fabrican armas químicas abierta o clandestinamente y las venden a sus lacayos o dictadores de los países atrasados para su uso contra las gentes del común, contra países enemigos o suministrándoselas a las fuerzas contrarrevolucionarias para cambiar regímenes. Además de usar armas de destrucción masiva contra la gente corriente de modo indiscriminado, los imperialistas, en especial los Estados Unidos e Israel, no han dudado en utilizar armas químicas y biológicas para tratar de asesinar a jefes de Estado o de organizaciones que no seguían sus dictados. Si se diera el caso, a quienes habría que llevar a juicio en primer lugar por la destrucción causada por armas químicas y biológicas en el mundo entero es a los imperialistas de Estados Unidos y a toda la pandilla de matones imperialistas a sus órdenes o en connivencia con ellos.
Es obvio que Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Israel y Turquía quieren un régimen títere en el poder en Siria para fomentar sus intereses geopolíticos en Oriente Medio debido a su ubicación estratégica así como para apoderarse de sus recursos naturales, principalmente petróleo. También les allanaría el camino para poder penetrar en los países de Asia central que alguna vez fueron parte de la URSS-Comunidad de Estados Independientes con el fin de controlar el petróleo y otros ricos recursos de esos países. Esta situación significará un gran desafío a la creciente influencia rusa y china, y contribuirá a establecer una hegemonía aún mayor de su socio subalterno, Israel, en Oriente Medio. Israel ocupa los Altos del Golán en Siria desde la Guerra de los Seis Días de 1967 y se ha atrincherado allí de modo permanente desde la guerra árabe-israelí de 1973. Israel quiere conservar los Altos del Golán, mientras Siria, traicionada por los acuerdos de Camp David, no ha dejado de exigir la devolución incondicional de dicho territorio.
Siria se ha mantenido firme en su oposición a las intervenciones y designios imperialistas de Estados Unidos e Israel en Oriente Medio. Siria también ha apoyado la causa palestina con frecuencia. El apoyo de Hezbollah (Líbano) a Al-Asad y a la causa palestina y su enconada oposición a Israel es otra espina que los imperialistas quieren sacarse con este ataque. Asimismo, este ataque supondría de nuevo una amenaza aún mayor al inflexible Irán que también se mantiene firme en su oposición a los intereses hegemónicos de Estados Unidos e Israel en la región y se opone en la actualidad con encono a cualquier intento de atacar Siria: dos pájaros de un tiro.
Las destrucciones causadas en una región concreta durante la I o la II Guerras Mundiales son menores en comparación con la devastación que han causado y causan las guerras imperialistas de agresión o las guerras por delegación instigadas y apoyadas por los bloques imperialistas rivales después de la II Guerra Mundial. La estrategia de usar misiles de largo alcance lanzados desde mares lejanos y los bombardeos aéreos desde gran altitud lo destruye todo –ya sea humano o material- sobre el territorio así bombardeado. Con el uso diario, indiscriminado e insensible de aviones no tripulados han provocado muchos más estragos a los civiles que en cualquier otro momento histórico. Estas guerras de agresión no sólo destruyen el patrimonio incalculable de civilizaciones pasadas y las vidas de las generaciones presentes sino también el futuro de varias generaciones venideras. El daño es en muchos casos irreparable.
El neo-Hitler Obama derrama lágrimas de cocodrilo cuando afirma que han sido asesinados en Siria civiles, mujeres y niños inocentes debido al gas tóxico y que no pueden tolerarlo. Por supuesto que la matanza de inocentes no se puede tolerar. ¿Pero no es de pura lógica que lo mismo se puede aplicar a los incontables niños, mujeres y civiles inocentes asesinados en los sistemáticos ataques de aviones no tripulados de los Estados Unidos en Pakistán, Yemen, Afganistán, etc.? ¿Y qué pasa con los cientos de miles de personas inocentes asesinadas en Iraq, Afganistán o Palestina desde hace décadas (y eso sin tener en cuenta todas las atrocidades previas perpetradas por los imperialistas en innumerables países atrasados durante la época colonial y posteriormente)? ¿Por qué hay siempre un silencio conspirativo sobre estas cuestiones?
Es una broma cruel que los Estados Unidos, que tiene esas enormes cantidades de armas, incluidas armas nucleares que pueden destruir la Tierra varias veces (y que no han dudado lo más mínimo en utilizarlas donde y cuando han querido), atacasen Iraq so pretexto de que tenía armas de destrucción masiva. Otra incongruencia es que los Estados Unidos, que detonaron la bomba atómica en Hiroshima y Nagasaki en Japón, se desgañitan vociferando sobre el posible desarrollo de armas nucleares por parte de Irán. Los imperialistas no se molestaron siquiera en mostrar un atisbo de “razones” por el estilo para atacar a Libia y asesinar a Gaddafi. Recuérdese que nunca se encontraron armas de destrucción masiva en Iraq; aunque Irán tiene todo el derecho de fabricar armas nucleares, su gobierno, no obstante, ha expresado reiteradamente que no tiene intención de fabricar ese tipo de armas; y el gobierno sirio niega rotundamente haber utilizado armas químicas.
A uno se le viene a la memoria el ingenioso cuento popular del cordero destinado a ser devorado por el lobo con independencia de si bebe agua río arriba o río abajo. Nacer cordero es razón suficiente para ser devorado; como disponer de abundantes recursos naturales o simplemente estar ubicado en una posición geográfica estratégica es suficiente para ser ocupado. No es más que la clásica hambre imperialista de hegemonía mundial teñida de justicia salvaje de la selva. Los pueblos del mundo deben darse cuenta de que todos los pretextos de violaciones de los derechos humanos lanzados a nuestra cara como justificaciones de las guerras de agresión por los neonazis no son más que patrañas para atiborrar el hambre insaciable de recursos de los imperialistas y su descarada búsqueda de la hegemonía mundial.
El sistema capitalista mundial está empantanado en una crisis financiera global. [Los países imperialistas] recurren a las guerras de agresión, además de a los rescates y al saqueo cada vez más despiadado de los recursos de los países “atrasados” del mundo ricos en materias primas. Pero todos estos intentos de superar la crisis no hacen sino hundir al sistema aún más profundamente en ella. Los imperialistas se piensan que están acumulando riquezas cuando lo que están amontonando en realidad es el odio y la ira de las masas oprimidas del mundo con cada uno de sus actos de agresión y saqueo. Son tan torpes que no han aprendido lección alguna de la historia, no han aprendido que las guerras de agresión conducirán finalmente a su derrocamiento. La guerra de agresión contra Siria nunca les ayudará a superar la crisis política y económica de larga duración en la que están hundidos hasta el cuello: tan sólo les servirá para profundizar aún más dicha crisis. Todo esto es ya evidente en el mundo entero, con los precios del petróleo disparados y una extremada volatilidad de los mercados, por no mencionar la rápida devaluación de las monedas de varios países atrasados, incluida nuestra propia rupia, en plena caída libre.
El presidente sirio Bashar Al-Asad declaró que lucharán con uñas y dientes frente a cualquier agresión imperialista contra su país. El ministro de Exteriores sirio declaró, desafiante, que están absolutamente preparados para defenderse de la agresión imperialista y que no darán un paso atrás hasta derrotar a los agresores aunque ello condujera a una III Guerra Mundial. El gobierno sirio también ha apelado reiteradamente a la ONU a oponerse al ataque militar de Estados Unidos y a resolver pacíficamente la crisis. El pueblo sirio es valiente y se prepara para defenderse del ataque aun con el sacrificio de su propia vida.
Aunque Al-Asad haya declarado que se opondrán a cualquier tipo de agresión imperialista, esto sólo es posible cuando se moviliza al pueblo y se cuenta con él. Y es igualmente cierto que no hay régimen que pueda movilizar al pueblo o ganarse su apoyo contra la agresión imperialista a menos que el pueblo disfrute de democracia. Hafez Al-Asad, padre de Bashar y ex presidente de Siria, envió tropas a Iraq en 1991 que participaron en la agresión imperialista. Siria mantuvo tropas en el Líbano hasta finales de 2005 y ha sido acusada por los libaneses de injerencia en sus asuntos internos. Los gobernantes de los países atrasados deben darse cuenta una vez más en el caso que nos ocupa de que ningún país tiene derecho de injerencia o a enviar tropas a otros países ya sea en su propio interés o por presiones imperialistas. Sólo una oposición firme e intransigente a la intervención y a la agresión imperialistas en cualquier país les podría dar el apoyo de su propio pueblo y de los pueblos del mundo en su oposición a los imperialistas.
 
El gobierno de la India ha declarado que deben esperar hasta que los inspectores de la ONU informen de los resultados de sus investigaciones antes de que se tome la decisión de atacar. En realidad no tiene ninguna objeción al ataque contra Siria si existe autorización de la ONU. El Estado indio no quiere contrariar ni a Estados Unidos ni a Rusia y, así, viendo cómodamente los toros desde la barrera, está listo para adoptar cualquier decisión en un sentido u otro. No se ha opuesto inequívocamente a ningún tipo de intervención militar en Siria, con o sin la autorización de Naciones Unidas, por parte de un país agresor o de un conjunto de países criminales. Al no exigir inequívocamente que se detengan todos los intentos de atacar Siria, está ayudando en realidad a los imperialistas en su conspiración para aplastar a ese país. Dado su vil servilismo a los imperialistas o su pasividad en varias ocasiones anteriores de guerras de agresión emprendidas por ellos, [su actitud actual] no sorprende en modo alguno aunque sea absolutamente repugnante y atroz.
El Comité Central del PCI (Maoísta) condena en términos inequívocos cualquier intento de los imperialistas encabezados por los EEUU de atacar Siria y exige que se detengan inmediatamente todos los preparativos. Hace extensivo su apoyo y solidaridad a todas las formas de resistencia que pueda emplear el pueblo sirio contra la intervención imperialista y la proyectada guerra de agresión. El Comité Central del PCI (Maoísta) considera su resistencia como una más de las diversas formas de resistencia que las naciones y pueblos oprimidos del mundo están organizando contra cualquier tipo de intervención, agresión y control imperialistas. Y recuerda con toda firmeza que es deber de todo demócrata en este mundo oponerse inequívocamente y condenar el ataque que proyectan los Estados Unidos contra Siria.
Las fuerzas antiimperialistas de todo el mundo han convertido en un clamor sus protestas contra el inminente ataque de Estados Unidos contra Siria y están saliendo a las calles exigiendo que se detengan los preparativos. Nuestro Comité Central da la bienvenida a todas esas protestas y presta su voz de apoyo a todas esas fuerzas antiimperialistas. Nuestro partido hace un llamamiento a todas sus filas para que unan sus manos a todas aquellas fuerzas que se oponen a la guerra contra Siria y transformen la protesta en un movimiento de amplia base y militante contra todo tipo de intervenciones y guerras imperialistas de agresión. Nuestro Comité Central llama a todas las fuerzas, organizaciones y partidos proletarios antiimperialistas, de nuestro país y del mundo entero, a condenar los flagrantes propósitos de los imperialistas, dirigidos por Estados Unidos, de atacar Siria. Es necesario construir el apoyo internacional a la resistencia del pueblo sirio contra esta guerra de agresión. La resistencia a los imperialistas en sus propios países desempeñará un papel crucial en la derrota de sus malvados designios de ocupación y saqueo de otros países. Nuestro Comité Central defiende la oposición a la guerra en Siria que se manifiesta en las calles de los Estados Unidos y de otros países imperialistas. En especial hace un llamamiento a los pueblos de los Estados Unidos, Francia, otros países imperialistas, Turquía y de regímenes títeres de Oriente Medio como Qatar y Arabia Saudí, que se preparan para participar en el ataque a Siria, para que se opongan a los propósitos de sus gobiernos de destruir Siria y fortalezcan la lucha unitaria de las naciones y los pueblos oprimidos del mundo contra el imperialismo.
La guerra de agresión contra Siria bien podría ser la proverbial gota que colma el vaso del imperialismo estadounidense, empantanado ya en Iraq y Afganistán. Pero el monstruo del imperialismo con pies de barro nunca se vendrá abajo solo a pesar de sus innumerables puntos vulnerables. Para que sea borrado de la faz de la tierra se necesita el golpe de todos los pueblos oprimidos del mundo. Si los imperialistas se atreven a atacar Siria, la valentía del orgulloso pueblo sirio, con una gloriosa historia de resistencia frente a las intervenciones imperialistas, así como el apoyo de los pueblos del mundo a dicha resistencia hundirán uno de los últimos clavos en la tapa del ataúd del imperialismo.
Las condiciones materiales para formar un amplio frente antiimperialista contra la amenaza, la intervención, el control, la explotación, la opresión y las guerras de agresión de los imperialistas contra las naciones y los pueblos oprimidos del mundo están madurando rápidamente. Sólo un frente antiimperialista de amplia base, militante y global podrá luchar contra la dominación y la intervención imperialistas en los ámbitos social, económico, cultural, etc. así como contra todas las guerras de agresión. Un frente de este tipo allanará el camino para su definitivo derrocamiento. Sólo podremos alcanzar una democracia genuina, el progreso y la paz mundial por medio de una lucha unitaria para derrocar el imperialismo y acabar con todo tipo de reaccionarios.
Desde el siglo pasado los imperialistas han recurrido al fascismo y a la guerra para superar sus crisis financieras mientras que el pueblo ha recurrido a la resistencia y la revolución para oponerse a ellos y derrotarlos. Las condiciones materiales son cada vez más favorables para la revolución mundial por lo que nuestro partido hace un llamamiento al pueblo de nuestro país y a los pueblos del mundo para emprender la revolución triunfante. Sólo por medio de exitosas revoluciones podemos acabar de una vez para siempre con todas las guerras imperialistas e injustas y asegurar la paz mundial.
(Abhay)
Portavoz,
Comité Central,
PCI (Maoísta)

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